Nadal y España alegran una monótona inauguración olímpica
Hay pocos sueños que Rafa Nadal no haya cumplido. El mejor tenista español de todos los tiempos por fin pudo portar la bandera española en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, después de que en Londres 2012 se quedara en casa por una lesión.
Nadal lució una sonrisa de oreja a oreja y encabezó una alegre delegación española con 305 representantes más. España levantó a un estadio de Maracaná que se había quedado apoltronado por una ceremonia de estreno que se quedó muy lejos de lo espectacular que fueron las de Pekín 2008 y Londres 2012.
España fue el país número 68 en presentarse en Maracaná y levantó una grandísima ovación gracias a la animosidad de nuestros atletas, que no pararon de saltar por detrás de un Nadal que llevó la bandera con máxima soltura. Tan espectacular fue la entrada de España, que la realización de los Juegos Olímpicos se detuvo más tiempo del habitual con los nuestros. Hasta sus Majestades los Reyes no perdieron detalle de lo que aconteció en Río.
Pegados a la tele orgullosos de nuestro abanderado @RafaelNadal y de nuestros olímpicos #TeamESP en @rio2016_es. ¡Vamos España! @COE_es
— Casa de S.M. el Rey (@CasaReal) August 6, 2016
Y eso que España tuvo ausencias notables como la del anterior abanderado Pau Gasol, que prefirió descansar en la Villa Olímpica y dejar a Felipe Reyes como representante del baloncesto, o la nadadora Mireia Belmonte, que mañana mismo comienza a competir en pruebas de natación como los 400 metros estilos.
Sin embargo, los nuestros dejaron su impronta y hubo tiempo hasta para un momento romántico con el beso pasional entre el jugador de rugby Ignacio Martín y la saltadora de longitud Juliet Itoya, marido y mujer desde 2014. Por algo España es diferente al resto.
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